En la familias se habla de los estudios de los hijos el día aunque esa calificación es importante, no debe ser lo único para valorar el rendimiento escolar de los hijos.
El rendimiento de un estudiante es satisfactorio cuando se adecua a su capacidad intelectual y al esfuerzo realizado. El rendimiento es suficiente cuando su nota es de aprobado o de progresa adecuadamente.
2 situaciones paradogicas.
La primera es que el estudiante aprueba con el suficiente pero su rendimiento es claramente insatisfactorio.
La segunda situación sería la del estudiante que se esfuerza y dedica bastantes horas al estudio pero no logra el suficiente.
Uno de los errores que pueden cometer los padres es exigir al niño más de lo que puede dar.
Por lo tanto que valorar la nota en sí misma habrá que considerar si el rendimiento de cada estudiante es satisfactorio a su capacidad y sobre todo si ha puesto esfuerzo y dedicación a la labor diaria del estudio.
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